La rosada rodocrosita, que nace de las entrañas de la tierra en Catamarca, es la piedra nacional argentina. Pero, de punta a punta del país, los aficionados a las piedras y las gemas tienen numerosos destinos para realizar “turismo geológico”.
Cuenta una vieja leyenda que a orillas del lago Titicaca vivían las sacerdotisas de Inti, el Sol, recluidas en un templo que sólo se abría para que saliera la joven elegida por el Inca para prolongar su linaje. Sin embargo, un guerrero llamado Túpac Canqui se atrevió un día a desafiar las leyes no escritas del templo, escaló sus muros y, llevado por una devoradora curiosidad, profanó el recinto. Fue entrar y ver a una hermosa sacerdotisa de Inti, Ñusta Ajlla, de quien se enamoró perdidamente: pero no había amor posible para ambos, condenados a huir siguiendo la dirección de la Cruz del Sur para escapar de las iras del Inca y sus guerreros. Túpac Canqui y Ñusta Ajlla se ocultaron, perseguidos durante días y noches, hasta que lograron ponerse a salvo cerca de los salares de Pipanaco, donde hoy es tierra catamarqueña. Su amor se tradujo en hijos, hijos que fundaron los pueblos diaguitas. Pero las maldiciones de los hechiceros del Inca alcanzaron un día a Ñusta Ajlla, que murió y fue enterrada en la cumbre de una montaña cercana. Túpac Canqui se acostó entonces a dormir y se transformó en piedra: desde aquel tiempo inmemorial, su eterno perfil de indio dormido se puede ver dibujado en la silueta de la cordillera. Pasó el tiempo, la vida siguió su curso, y un día un pastor de Andalgalá que cuidaba sus vicuñas regresó al lugar donde había sido sepultada Ñusta Ajlla. Grande fue su sorpresa cuando vio, entre las rocas con que había sido cubierto el cuerpo, la piedra florecida en forma de pétalos de sangre. Conmovido, tomó una de las gotas hecha piedra y la ofreció al Inca... Desde entonces el pétalo de piedra, la “rosa del Inca” –que se conoce como rodocrosita– fue usada como símbolo de perdón, fidelidad, sacrificio y auténtico amor.
Fuente: Página 12 Turismo
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/turismo/9-1605-2009-08-30.html