Existe evidencia de que el Noroeste argentino estuvo poblado desde hace 10.000 años por pueblos cazadores y recolectores. Sin embargo, no fue hasta el 500 a 1000 d.C. que ocurrió el llamado "Período de Integración Regional", caracterizado por el establecimiento de una compleja red social con intercambios económicos transversales entre las diversas etnias de la región. Tales intercambios solían ser de minerales (cobre, malaquita, obsidiana) obtenidos en las zonas cordilleranas a cambio de productos vegetales y plumas o nutritivos frutos de chañar y mistol procedentes de las yungas y de la región del Chaco. Durante la conquista española ocurrida en el siglo XVI , la situación empeoró para todas las etnias locales (Diaguitas, Omaguacas, Atacamas, Chriguanos y Lule-Vilelas) y tras enconadas resistencias, como las Guerras Calchaquíes, sufrieron una gran merma demográfica (en gran medida debido a las enfermedades procedentes de Europa). El siglo XVIII presenta dos rasgos contrapuestos: una consolidación del poder español y algunos movimientos de rebeldía asociados al líder Inca Tupac Amaru. La colonización española emprende la introducción masiva del cultivo de algodón, la producción de vinos, olivos, lanas de ovejas y cabras, la cría de mulas y caballos (particularmente en Salta, Tucumán y Jujuy). El sistema económico entonces desarrollado implicó una primera industrialización: carretas, talabarterías, aguardientes en Tucumán y textiles en Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja, Salta, Jujuy. Luego de erradicar por exilio a las poblaciones indígenas todavía existentes en la región y con la creación del Virreinato del Río de la Plata y la inclusión del Noroeste en dos intendencias -Salta y Tucumán-, el inicio del siglo XIX encontró a la sociedad criolla lo suficientemente madura como para asociarse en la Guerra de Independencia. Hoy, la población de las provincias del Noroeste argentino es principalmente blanca y criolla. Sin embargo, a lo largo de los Valles Calchaquíes habitan comunidades indígenas que aún hablan la lengua diaguita, viven de la cría de llamas y guanacos y preservan sus costumbres ancestrales. |
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