El atractivo paisaje de los Valles Calchaquíes y los colores de este pueblo, que atesora vestigios de culturas milenarias.
La localidad de Cachi, en Salta, atrapa con sus diversas imágenes que nos muestran sus paisajes, su gente, la cultura local, con un encantador silencio y quietud general. Los colores del cerro Nevado . El exquisito torrontés que se produce en los Valles Calchaquíes .
El viaje comienza en la ciudad de Salta, donde muchos viajeros hacen base para conocer todo el Norte Argentino.
En la ciudad de Salta, se puede disfrutar del casco histórico, la calle Balcarce (llena de bares y peñas folclóricas de deslumbra todas las noches) y el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM).
Quienes quieran empaparse de verde y ver las húmedas selvas de la región, puede llegar a San Lorenzo, a solo 10 Km del centro de la ciudad, que fue una villa veraniega y hoy es uno de los barrios más exclusivos de la provincia de Salta.
Allí se puede ingresar a la Reserva Natural Quebrada de San Lorenzo, por un sendero autoguiado de casi 2 kms de extensión y once paradas, por donde se pueden apreciar la lomas, ríos, los árboles, las diferentes capas de vegetación, las acacias, las trepadoras y los cedros, los ejemplares más altos de las yungas.
Desde Salta, hay que recorrer 157 kms para llegar a Cachi, en un viaje que vale la pena hacerlo lento y sin apuro, para disfrutar este paisaje de montaña que puede ser uno de los mas lindos del norte argentino. Ni bien comienza el recorrido, se va tomando altura.
De pronto, nos encontramos con las tierras rojizas de la Quebrada de Escoipe, luego un importante zigzag de verdes y precipicios de la Cuesta del Obispo y, finalmente, llegamos a Piedra del Molino a 3.620 metros de altura, el punto mas alto del recorrido.
En Cachi, todavía podemos ver en pie y muy bien conservadas las viejas casonas de la época colonial, las calles estrechas, la plaza principal y la bella iglesia del siglo XVIII. Pero para saber un poco más acerca de este pueblo y de su pasado prehispánico conviene comenzar el recorrido por el Museo Arqueológico Pío Pablo Díaz, abierto al público, pero en proceso de renovación y actualización.
Para completar conociendo el pueblo de Cachi, se puede continuar con la ruta arqueológica en el Parque El Tero, con construcciones al aire libre –casa-pozo (bajo tierra), habitaciones y patio– del último período inca. Puesto en valor hace cuatro años, el lugar tiene, además, un condimento extra: está manejado por guías locales, con la colaboración de vecinos y arqueólogos.
En el 2do día de la excursión, se puede seguir por la ruta 40 –de ripio y tierra– hasta La Poma. Durante el trayecto, hay varias opciones para detenerse y sacar fotos de los secaderos de pimentón, el Nevado de Cachi, el poblado Palermo y las plantaciones de quinoa, y antes de llegar La Poma, están los graneros incaicos, que son construcciones de barro batido del período agro-alfarero tardío (entre el 1000 y el 1500 dC.) que servían para almacenar semillas y lanas.
Para mas información, consultar sobre la excursión Nevado de Cachi, en Puma Expeditions.