La Sala de Lectura Selva “Pocha” Ramos en Frías, donde Santiago se acerca a Catamarca, es un pedazo de la cultura popular local. La antigua casa de la poeta es hoy sede permanente de encuentros musicales y artísticos. Un motivo más para visitar un rincón emblemático del folklore nacional y desandar el camino que va del pago a los escritos.
Un lugar puede ser –en general lo es– mucho más que su espacio físico. Recorrerlo de a pie o participar de sus encuentros barriales pinta paisajes bastante más elocuentes que una simple foto. Esa experiencia enriquece todo viaje, y da cuenta de lo complejo y profundo del término “folklore”. La tierra friense y sus colores, sus historias y algunos personajes dan testimonio de una vida cultural intensa, envuelta en la pasión de la escritura y los ritmos de chacarera. Es lo que se transmite a diario en la Sala de Lectura Selva “Pocha” Ramos, un centro educativo que hace honor a una artista de sensibilidad poderosa, capaz de traslucir el sentir de su pueblo y las luchas sociales en algunos versos inolvidables.
Ubicada en los límites de la provincia, por encima de Córdoba y limitando al oeste con Catamarca, Frías atesora sin embargo una impronta bien santiagueña. Centro importante para la provincia, posee gran cantidad de habitantes y un movimiento comercial creciente a partir de la apertura del Parque Industrial. También se la llama “La ciudad de la amistad”, por la calidez inusual –para ser justos, un atributo muy santiagueño y no sólo friense– con que se recibe a los visitantes.
Antes conocida como Villa Unzaga por el viejo paraje ferroviario, es cabecera del departamento de Choya y se apoya en el zigzagueante río Albigasta. Pero, sobre todo, Frías ha guardado desde siempre un arraigo cultural palpable desde los rincones de la plazoleta Eva Perón al Paseo del Ferrocarril; desde La Pasarela a su Casa de la Cultura; desde los hogares particulares y sus tradicionales guitarreadas a espacios didácticos como el de la Pocha. Allí justamente renace a diario el sentir folklórico, en toda la dimensión de la palabra: los usos y costumbres, las creencias, las músicas, los alimentos, las tradiciones que visten un lugar y lo diferencian de otro.
Inaugurado el 25 de agosto de 2007 en su vieja casa, la idea fue rendirle un homenaje a la hoy Ciudadana Ilustre friense, a su lucha en defensa de la cultura y la justicia social de los pueblos. Por eso su patio recibe a grandes y chicos, dirigido por un grupo que se autogestiona “para que el arte y la cultura lleguen a todos los barrios sin distinciones de ninguna naturaleza, manteniendo la antorcha viva de la Pocha, y aprendiendo de sus enseñanzas”, explica Daniel Nazar, sobrino de Ramos. En la sala se dictan talleres de danza, música y literatura. Durante 2010 y lo que va de 2011 se realizaron también ciclos de charlas y debates, y reuniones sociales en torno de fechas trascendentales de la escena nacional. Asimismo, hay proyecciones de cine nacional y se recorren los distintos barrios de la ciudad a través de un “cine móvil” provisto por el Incaa.
Fuente: Página 12 Turismo