A 90 minutos de la capital, pero con temperaturas significativamente menores en verano (23°C contra los sofocantes 40°C en la city), Tafí del Valle es el centro turístico más importante de la provincia, aunque tiene una población estable de siete mil habitantes (a no confundir: los de aquí son tafinistos; taficeños son los pobladores de Tafí Viejo).
Algunos lo llaman la Punta del Este del Norte, por ser un destino VIP de verano, mientras otros lo conocen como el Stonehenge argentino por sus piezas graníticas, los menhires (palabra de origen celta que significa piedra larga), esculpidas por los aborígenes y reunidas actualmente en la localidad vecina de El Mollar. Y son muchos más los que lo asocian con las cabalgatas en los cerros y las vistas espectaculares que regalan estos paseos.
Tafí estuvo en poder de los jesuitas durante la primera mitad del siglo XVIII; varios cascos tricentenarios así lo atestiguan. Las Carreras es uno de ellos, ampliado y reciclado para recibir turistas, pero con la esencia intacta de la historia. Es ideal para disfrutar la vida de estancia, desde participar del ordeño hasta de la cosecha de la papa, aunque también se puede tomar un té inolvidable. Y de paso, probar las cinco variedades de queso (natural, con ají, con páprika, con orégano y con pimienta negra), elaboradas en la misma estancia según la técnica manchega.
Además de los quesos, la villa también es famosa por la cantidad de deportes que allí se practican, aunque lo que más sale son las cabalgatas. Jerónimo Critto organiza paseos por los cerros de medio día, todo el día o más, para los más entrenados. Como broche final, en El Puesto (ranchos de adobe y techos de paja que justamente eran antiguos puestos de estancia), hay empanadas caseras para todos, jugosas y bien tucumanas.
Fuente: La Nación
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1252605